Según WIKIPEDIA, la mesa es: un mueble con patas y tablero plano que se utiliza para posar objetos. Suele tener, al menos, cuatro patas pero puede tener tres o incluso un solo pie con base ancha. El tablero determina su forma y dimensiones pudiendo ser cuadrado, rectangular, ovalado, redondo, etc.
Pero, esta es una definición un poco científica a mi forma de ver, una mesa es algo más, es desde lo más banal hasta lo más espiritual. En ella se puede celebrar el nacimiento de un nuevo ser hasta ordenar la muerte de otro.
Para mi, una mesa es un punto de encuentro, en el que se cambian diversos comentarios, puntos de vista, anedotas, discusiones, reconciliaciones, entre otros campos.
Una persona puede estar en una misma mesa durante horas, y horas, hablando de todo un poco.
¿Por qué digo esto?, pues muy fácil, en estos últimos días he recibido información, noticias de amigos que tengo años sin ver, años hablarles, años sin saber nada sobre ellos, y de la noche a la mañana me encuentro con un rastro, una pista de ellos.
Ya pudiendo contactarlos, colocamos un punto de encuentro, un reconocido centro comercial de mi ciudad (Maracaibo-Zulia-Venezuela). Claro, nuestro acompañante en ese reencuentro fue una linda mesa en una reconocida pastelería de la ciudad, teniendo como aderezo una rica torta de chocolate negro, bañado en una deliciosa capa de chocolate blanco. En esa mesa pudimos retroceder en el tiempo, recordar viejas hazañas, lograr por un momento borrar todo lo malo del hoy y revivir lo bueno del ayer.
Nada como un buen sitio, con una buena silla, una muy confortable mesa, por supuesto un rico postre y claro sin olvidar lo más importante contar con una buena compañía, unos buenos amigos (familiares, parejas, etc) para hacer volar el tiempo aunque este esté detenido, notar que nada se mueve alrededor, sentir que se esta solo en ese momento (claro, con los acompañantes), disfrutar de esos segundos, minutos, horas como si fuesen eternas; revivir cada segundo del pasado. Poder hacer volar la imaginación, pensar en que pudo ser y que podrá ser.
Pues, los mejores recuerdos son revividos en una mesa, grande, pequeña, bonita, fea eso es irrelevante, lo importante realmente es con quien se comparte.
Hay un dicho que dice “si las paredes hablaran”, yo en cambio en este momento lo cambiaria por “si las mesas hablaran”, pues estas han escuchado cosas más importantes que las paredes (se me ocurrió horita, ¿dígame si chismean las paredes con las mesas?).
Bueno, realmente disfrute mucho con mis amigos de la niñez (no es que soy muy viejo que digamos, 17años no es mucho), y espero retomar esa amistad como si nunca se hubiese distanciado. Desde aquí un saludo a
Eduardo, Jessica y Mariangel (Mesa y Marín).
Les dejo una foto de la mesa que compartió con nosotros ese increíble reencuentro (en la pastelería Jeffrey’s, la torta era una “delicia de Toblerone” [les debo la foto], ellos almorzaron en Burger King [un King de pollo]).
La "mesa"
Eduardo y Jessica
El "King de pollo"