lunes, 15 de febrero de 2010

Algún día...


Las cosas siempre cambian, eso solemos decir. Querer tenerte entre mis brazos son una de las tantas cosas que rehusan creer esa oración.

Todos los días me veo en el espejo y encuentro el coraje perdido para decirte cuanto me gustaría estar a tu lado, ser "algo más", cambiar el nombre a eso que llamamos amistad. Tan solo basta quitar la mirada de mi reflejo para que todo eso se vaya, simplemente me olvido de cuanto anhelo estar junto a ti.

Cobardía, tal vez sea lo que me pase, aunque no esta mal. Sin embargo yo definiría esta situación como "inmadurez", no soportaría afrontar dar ese paso y ser rechazado.

Aunque lo que más me aterra es ser correspondido, sinceramente no me siento capaz de dar el gran paso a tener una persona que ría, llore, grite, hable conmigo, junto a mi.

Confieso que hay días en que deseo ser lo suficientemente maduro para tener a esa persona y sentirme querido, amado, mimado por alguien sin mi sangre.

Tristemente, para mi, por ahora solo puedo observar el atardecer desde la ventana que aún esta abierta para la posibilidad que el valor se quede conmigo.

2 comentarios:

Violeta dijo...

ojalá esa historia tenga un final felíz...(:

(K)!

Moi dijo...

Speechless... Hermanito, hermanito... estás enamoradito?